La empresa matriz de Southeast Toyota Finance, JM Family Enterprises, es conocida desde hace tiempo por su trabajo en la industria automotriz. Pero apoyar al Youth Automotive Training Center (YATC) muestra que también estamos en el negocio de las segundas oportunidades. 

El fundador de JM Family, Jim Moran, estableció el Youth Automotive Training Center (YATC) en 1984 para ofrecer clases transformadoras a jóvenes en situación de riesgo de entre 16 a 21 años. La misión de YATC es capacitar y educar a jóvenes en situación de riesgo en reparación básica de automóviles, fortalecimiento académico, preparación para el trabajo y gestión de habilidades para la vida diaria. Cada año desde septiembre a mayo, casi 30 estudiantes aprenden cómo trabajar en vehículos, pero también adquieren habilidades que los ayudarán a combatir la pobreza, el crimen, las adicciones y otros problemas.

Desde su creación, más de 750 graduados han pasado por el programa. La mayoría llegaron a YATC a través de los departamentos de justicia juvenil o por recomendaciones de la comunidad. De esos graduados, el 90 % tienen empleos, lo que supera la media nacional de empleo del 83 % para los graduados de escuela secundaria.

En la actualidad, los estudiantes de YATC asisten a clases en un centro de 16 000 metros cuadrados en Deerfield Beach, Florida. El edificio de vanguardia cuenta con un taller automotriz con 10 puestos para autos, un laboratorio informático, una biblioteca, una sala de fitness y otras aulas. 

Pero YATC no siempre fue tan grande. De hecho, comenzó como un garaje renovado.

Los orígenes de YATC
Jim Moran, el fundador de JM Family, tuvo la primera idea para YATC en su concesionario Pontiac en Hollywood, Florida. En 1984, vació uno de los garajes del concesionario para que comenzara a aprender un grupo piloto de 10 jóvenes desfavorecidos.

Gracias a un instructor de automotores, los estudiantes aprendieron a trabajar con autos y a ensuciarse las manos con aceite para motor en un programa que eventualmente los ayudaría a estar alejados de las drogas y a desarrollar las habilidades técnicas que necesitan para un trabajo de tiempo completo.

Pero YATC rápidamente entendió que capacitar solo en automoción no era suficiente. Es por eso que empezaron a enseñar a los estudiantes habilidades de la vida como la gestión del dinero y créditos, planificación de carreras y la recuperación del abuso de sustancias dos años después de su lanzamiento. 

El programa creció rápidamente, lo suficiente para mudarse a un edificio de 4500 metros cuadrados en 1991. Con más espacio llegaron más ventajas, como la extensión del programa a su duración actual de nueve meses y la adición de un instructor académico para ayudar con asignaturas como matemáticas, inglés e historia. Hasta la fecha, este enfoque académico ha ayudado a que 200 graduados reciban su título de la escuela secundaria y a que 65 reciban su título de licenciado o de asociado. 

Diez años después, el programa se mudaría a su ubicación actual en Deerfield Beach, donde la clase aumentaría su tamaño a 30 estudiantes. Pero el espacio y el crecimiento de la clase no son las únicas cosas que el programa ha alcanzado. A través de sus 37 años de historia, las ventajas para los estudiantes han ido tan rápido como los automóviles que mantienen.

Oportunidades para estudiantes en YATC
Al igual que en una escuela promedio, los estudiantes de YATC asisten a clases de lunes a viernes de 8:30 a. m. a 2:30 p. m. Pero a diferencia de una escuela normal, aprenden sobre teoría de automóviles, mecánica y habilidades para la vida en las aulas y en los puestos de automóviles. YATC también ofrece a los estudiantes un almuerzo gratis, así como un set de herramientas que les queda después de su graduación.  

La clase de 2021 de YATC se graduó en mayo.

Ya sea por parte de médicos, funcionarios políticos o especialistas en carreras, los estudiantes de YATC asisten a varios eventos de oradores invitados al año. Entre los oradores de este año estuvieron Ben Preston, comisionado del distrito 2 de la ciudad de Deerfield Beach, que habló sobre participación comunitaria; y el ayudante de la oficina del sheriff de Broward, James Nichols, que explicó cómo interactuar positivamente con los agentes de la policía. 

Los estudiantes de YATC pueden conocer a posibles empleadores mediante estas charlas, e incluso pueden conocer más en el Cool Wheels Car Show. Establecido en 2012, el evento exhibe cientos de automóviles antiguos y raros para los aficionados a los vehículos. También recauda dinero para YATC a través de sorteos y subastas silenciosas.

El dinero siempre vuelve a los estudiantes mediante programas como el Bruce Rossmeyer Memorial Kick Start Scholarship Fund, que comenzó en 2009. Cada año, ofrece a un graduado que desea continuar con su educación el dinero suficiente para hacerlo. El apoyo a los estudiantes no acaba después de que se gradúan. YATC sigue en contacto con miembros anteriores del programa, y ofrece servicios como orientación personal y profesional. En 2017 el programa incluso contrató a un administrador de servicios para graduados para darles más tiempo y flexibilidad.

YATC y el COVID-19
Durante la pandemia de COVID-19, YATC tuvo una graduación virtual para la clase de 2020 y redujo el tamaño de la clase para 2021. Pero eso no significa que el programa no pueda prosperar de otras maneras. 

Gracias a una donación de la compañía de software CDK Global, YATC sumó varias computadoras nuevas en su laboratorio y ofreció laptops completamente nuevas a los instructores. El regalo llegó en un año donde el aprendizaje remoto fue más importante que nunca, lo que permitió que los estudiantes se conectaran virtualmente con los instructores y asistieran a charlas con oradores en línea. 

YATC también tuvo su primer evento de recaudación de fondos en línea: 2020 Shifting Gears Virtually. Más de 150 miembros de YATC, donantes y amigos célebres como Joe Montana del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional se unieron al evento, que recaudó suficiente dinero como para financiar el programa durante todo un año.

La pandemia de COVID-19 presentó desafíos, pero el objetivo de YATC nunca cambió; y no cambiará tampoco cuando dejemos de usar tapabocas.